Ya no se ni por dónde empezar después de tantos meses sin escribir. Pero no fue mi culpa..es que veréis, mi blog, el de siempre, el sexoenchamberi.es es ahora una tienda de zapatillas (no de las de andar por casa, no..eso lo podría soportar, si no de las correr). De todas las cosas que podía ser (tienda de licores, sex-shop, tienda de pócimas, librería, farmacia ilegal, tienda de productos gourmet…pues no señor. Es una tienda de zapatillas. ¿Y cómo ha llegado mi humilde blog a ser eso? Pues veréis: es que perdí el dominio, que es peor que perder la diginidad ..es casi lo peor que se puede perder: un dominio o una casa. Viene siendo lo mismo, solo que una es la casa real y otra la virtual.
Como ya sabéis soy tendente a la procastinación y los de la tienda de dominios empezaron muy pesados a mandarme correos: «El dominio va a caducar ¿quiere renovarlo?» y yo dije: «querer quiero pero ahora mismo no que me da pereza que tengo que entrar en paneles de control y cosas de las que no me se las contraseñas»…y lo fui dejando y lo fui dejando y cuando lo quise renovar me dijeron que no, que naranjas de la China. Que mi blog ya era una tienda de zapatillas «Zapatillas Sexo en Chamberi». Y esa es la razón de que este blog nuevo no tenga fotos. Se las quedaron todas los de los zapatos. Lo migré y quedó así, sin fotos. Es un blog migrante, que no inmigrante; se marchó sin nada y ahora tiene que empezar de cero…más o menos. Debería preguntarles si me hacen descuento en las zapas, ya que a este paso pronto habrá que pedir un crédito para comprarse unas Converse. (por favor no os metáis y sobre todo: que nadie compre allí)
Lo que me hace pensar también que mi ex tienda de té tan bonita es ahora un despacho de tortillas (y de las malas…si me dijeras de las de Betanzos) Definitivamente todo va a peor, incluidos nosotros mismos. Poner en ese local un negocio de tortillas secas y asquerosas es más o menos como poner un DIA en una tienda de antigüedades. Por qué mi preciosa tienda fue primero una web de deportes y luego una tienda de tortillas es algo que no acierto a comprender. Creo que lo que toca ahora será una tienda de complementos proteínicos y suplementos alimenticios de esos para culturistas.
Por lo demás, mi vida sigue como siempre, aunque ahora por trabajo, viajo más y eso me deja poco tiempo para lo que era y sigue siendo mi obsesión favorita: el puto amor de los cojones. La verdad es que pasé unos meses un poco jodidos en los que los tíos me parecían una mierda. Ahora me lo siguen pareciendo pero menos; solo me lo parecen por el día y durante la semana. Por la noche y en fin de semana ya les veo algo mejor. A lo que iba, que no es que me hayan pasado cosas demasiado emocionantes en lo que va de año y en cuanto a las Tinder citas, la mayoría han sido un cúmulo de despropósitos, tanto, que pienso que algo está pasando en «esta red social» porque francamente, no puede albergar a más giliputarianos por metro cuadrado, o por mega a secas.
Ya no recuerdo cómo ni el qué orden pero creo acordarme de uno que en Reyes me regaló un vale para ponerme unas extensiones de pestañas (¿hola?) en febrero creo que vino un cirujano calvo que dijo estar enamorado de otra cirujana pero que lo suyo era imposible. Pidió una copa, bebió un poco y luego, a modo de primer beso húmedo, decidió echarme lo que se había metido en la boca en la mía, en plan jeringa. Al día siguiente pretendía que le recibiera en liguero. Dije que no, me parece.
Creo que en marzo quedé con un «artista plástico» que vino a la primera cita con un niño que no hablaba; solo jugaba el móvil. Después al día siguiente vino a mi casa (el padre, no el niño) y cuando vio a mi gata me dijo algo así como: «Cuando veo un gato me dan ganas de tirarle una piedra» y yo le contesté: ¿Ah entonces eres más de perros, ¿no? Ya que estaba allí no le eché pero sí encerré a la gata, por si acaso me la mataba con un cenicero en un despiste, que además esta es nueva, solo tiene un añito.
Pero sin duda los episodios más graciosos han pasado en estos últimos meses. Hace no mucho quedé con un hipnotizador, que ya tiene pecado. Me dijo que era hipnotizador clínico y lo de «clínico» pues como que me dejó más tranquila. Ni idea de por qué.,..me sonaba como a cosa médica pero en realidad era un muerto de hambre que ni siquiera hipnotizaba como en las películas, que va… dejaba a la gente medio despierta.Total que les dije a los niños que me iba, que había quedado con un señor que hipnotizaba en la Plaza de Olavide y me dijeron: «ah, vale»…los pobres ya no se asustan de nada. Yo creo que si les dijera que he quedado con un asesino en serie también me dirían «ah vale, que te lo pases bien»
Cuando llegué a la cita mi hipnotizador tenía definitivamente un poco de pinta satánica. De estos a los que se les pueden poner los ojos rojos y salir colmillos y un rabo negro en cualquier momento. Un tipo raro. Le llevé a comer boquerones y cazón en adobo. Tampoco me lo curré mucho…una fritura variada en la barra del bar Giralda II y tira millas. Era de los que aprovechaban cualquier ocasión para echar la zarpa y tocar lo que pudiera. Tenía prisa por follar, eso estaba claro. Le iban además los rollos astrales y eso pero no sabía quien era Madame Bovary. Le dije que era una conocida astróloga del mundo antiguo. Y él me respondió que yo era «una monada» y que en mis «otras vidas» había sido más monada todavía. En un momento dado, cuando ya estábamos con la copa y el tío me quería ya saltar a la yugular me dijo: «dame tu fecha y hora de nacimiento que te voy a sacar tu carta astral con el móvil» Total que lo hace y veo que le muda la expresión..y va y me dice: «Emocionalmente eres un torbellino, una persona muy complicada. Muchas veces sientes las cosas y no sabes ni por qué las sientes (muchas gracias Mari Carmen, no me ha había dado cuenta ¿no ves como estoy de loca que estoy quedando contigo?).
Luego se puso a mirar nuestra compatibilidad sexual y allí no salían más que cruces; compatibilidad no debía de haber mucha (y menos mal porque me hubiera tirado por un barranco) Finalmente a los dos minutos dijo que se «tenía que ir» que estaba muy cansado porque había acudido a un curso de «hipnosis y depresión» y claro, todo eso era agotador. Cuando salimos del bar caminaba a unos dos metros de mi como si de pronto fuera una «apestada» y me dejó de malas maneras en un semáforo sin siquiera acompañarme a casa. Creo que nunca me he reído más yo sola en toda en mi vida.
Poco después tuve la suerte de encontrarme con alguien que se calificaba como «editor llevando un equipo de seis personas» y «responsable de un programa de cultura en la radio nacional». Me dije, esta es la mía, guapi. Editor que me edite mis relatos y lo de la radio para que me promocione mi nueva novela que sale el mes que viene. Es un completo…además el chico era mono y parecía listo. Empezamos a hablar por teléfono porque no tenía wasap (nunca hay que fiarse de los que no tengan wasap; son unos raros o van de guays..si son tan guays, pues que no tengan móvil, ni mapas ni nada, ya verás tú qué bien). Total que cuando llegó el día de conocerse y estábamos ahí hablando y tal yo le preguntó ¿qué es lo primero que pensaste al verme ? y si respuesta fue «que eras mayor». Para intentar arreglarlo dijo que «tenía un alma muy joven» pero en esos momentos yo ya me lo quería cargar.
Prefiero no entrar en detalles de lo que pasó después pero obviamente, nada bueno. Encima me dijo que bueno, que lo de llamarme vieja había sido una metedura de pata (teniendo él además dos años menos que yo) y que le apetecía mucho estar conmigo, Que esa noche le «habían propuesto un trío» pero que el «había escogido venir a conocerme a mi». Me dieron ganas de decirle ..Pues muchas gracias. Si quieres te doy quinientas pesetas por escogerme, no te jode.
Menudo tonto para preferirme a mi antes que hacer un trío (y encima antes de conocerme…si me dices después. Yo, claramente, me hubiera hecho el trío)
Y la última que os voy a contar sucedió en otro país. Yo nunca había usado Tinder Internacional pero si tenemos roaming en los móviles…esto es lo mismo. Me dije, voy a probar como está el tindermundo en el extranjero y además a veces me cansa andar sola por ahí, sobre todo a la hora de cenar. Total, que quedo con un menda muy guapo con el ojo azul en la plaza del pueblo y cuando llevamos cinco minutos me dice:
¿Hay alguna posibilidad de una aventura romántica? Y yo le dije: todas, todas…cuéntame, precioso mío..Las relaciones a distancia son difíciles pero ya sabes, se pueden sobrellevar. Empecé a hacer cuentas mentales de lo que saldrían los vuelos a ese destino, y ya me vi allí, vaya…casada y con hijos.
– «Te voy a confesar abiertamente que yo he venido aquí por sexo, no para conocer a nadie»
-Ah ¿pero no te gusto ni un poco? pregunté yo. ¿Te da igual como sea la persona, o sea, yo?
-Es que no tengo tiempo para pensarlo. Solo quiero sexo y además prefiero cumplir mis fantasías y ser muy claro con eso.
-¿y cuáles son tus fantasías? pregunté yo con temor…
-Mi fantasía es ser dominado -contestó-
Yo, preferí volver a preguntar ¿lo qué? no fuese a ser que por el tema de los idiomas no hubiera entendido bien y me estuviera confundiendo de dominador.
De repente me visualicé en la habitación de mi hotel pegándole con la chancla (no tenía ni tacones para pisarle) a ese señor que acababa de conocer o haciéndole pis encima y decidí que no., que total pa qué íbamos a hacer eso, que ya era muy de noche.
Terminé lo que estaba bebiendo, le dejé allí puesto y hasta luego cocodrilo. Que te domine una nórdica.
Y eso es lo que básicamente he estado haciendo. ¿Qué os parece? También escribí una nueva novela «Un chico cualquiera» que sale a la venta el 4 de Julio y de la que os hablaré en un siguiente post.
Espero que me sigáis en ese nuevo blog sin fotos pero con todas las ganas de siempre.
Besos y abrazos